La evolución de nuestro ámbito urbano está siendo impulsada por los cambios demográficos, económicos, sociales, tecnológicos y medioambientales que, a su vez, están transformando fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y pasamos nuestro tiempo de ocio.
En el 2018, según el informe de perspectivas de Urbanización Mundial de la ONU, casi tres cuartas partes de la población europea vivía en zonas urbana. Se prevé que esa proporción aumente hasta un 80% en 2040 y casi un 85% en 2050. Esta tendencia a la urbanización significa que las ciudades europeas estarán más densamente pobladas, lo que supondrá una mayor demanda de recursos naturales, se dará lugar a un envejecimiento estructural de la población urbana y a un aumento de los hogares unipersonales. Al mismo tiempo, los inversores están dando más importancia a los factores medioambientales, sociales y de gobernanza, la consultora PWC prevé que el 60% de los gestores de fondos tendrán en cuenta estas cuestiones a la hora de invertir y el 77% de los inversores institucionales afirman que dejarán de adquirir activos que no cumplan sus criterios ASG de aquí a 2022. Esta transformación, tanto en nuestros entornos urbanos como en las exigencias de nuestros inversores, enmarca nuestras estrategias de inversión.
Existen 3 retos que plantea el aumento de la densidad urbana, impulsado por el continuo crecimiento de la población que se traslada a las ciudades, lo cuales son:
- Asequibilidad
- Falta de espacio
- Suministro de una conexión óptima de Internet
At Primevest we are helping to solve these issues, by delivering modern and affordable accommodation, offering off-street parking spaces which frees up public space for citizens and by investing in high-quality communication infrastructure.
En Primevest ayudamos a resolver estos problemas, proporcionando alojamientos modernos y con rentas asequibles, ofreciendo plazas de aparcamiento fuera de las calles así se libera el espacio público para los ciudadanos, e invirtiendo en infraestructuras de comunicación de alta calidad.
Residencial – Permitiendo una vida contemporánea asequible
A medida que nuestras ciudades se vuelven más dinámicas e internacionales la vida urbana se va redefiniendo, y aunque todavía no hemos visto cuán profundas y duraderas serán las repercusiones de la pandemia del Covid-19 en estas tendencias a largo plazo, la forma en que vivimos y trabajamos sigue evolucionando. Están surgiendo nuevos conceptos residenciales, por ejemplo, hay un cambio hacia apartamentos más pequeños que atienden a jóvenes profesionales y hogares unipersonales. Los complejos residenciales para familias incorporan cada vez más servicios compartidos, como instalaciones comerciales y de ocio, guarderías y centros de trabajo. Los nuevos complejos residenciales con instalaciones médicas y asistenciales están sustituyendo a las residencias de ancianos, para ayudar a los mayores a permanecer en sus casas durante más tiempo.
En las ciudades densamente pobladas de Europa las tecnologías modernas a la vanguardia, “el Internet de las cosas”, son cada vez más fundamentales para reducir el consumo de energía, hacer funcionar nuestros hogares, transmitir nuestro entretenimiento y quizás, en el futuro, se utilizarán universalmente para controlar nuestra salud. Estos avances tecnológicos también están impulsando la evolución de nuestras ciudades.
Infraestructura de comunicación – Habilitando la conectividad
No cabe duda de que la tecnología desempeña un papel fundamental en el desarrollo de las ciudades del futuro. Nuestro objetivo es permitir la conectividad mediante la inversión en infraestructura de comunicaciones, como cables, antenas, “postes de luz inteligentes” y centros de datos. Esta infraestructura constituye la autopista digital por la que se transmiten los datos y, a medida que el consumo aumenta, la inversión debe crecer a la par. En toda Europa se calcula que se necesitan unos 30.000 millones de euros de financiación en infraestructuras de comunicación para modernizar las redes y facilitar una mejor conectividad para todos.
La sostenibilidad se entrelaza en este panorama mediante el uso de los modernos cables de fibra óptica, que son la columna vertebral de las comunicaciones de nuestras ciudades. Gracias a que tienen la capacidad de transportan una mayor cantidad de datos y a su vez son más energéticamente eficientes que los cables tradicionales de cobre. En el nuevo paisaje urbano emergente, la tecnología más antigua de la calle se convierte en el poste de luz inteligente utilizado para cargar los coches eléctricos, o como postes de transmisión de datos que facilitan el control y la reducción del consumo de energía.
Estacionamientos – Facilitando la movilidad
Ya vemos que nuestras inversiones en aparcamientos están pasando de ser garajes de uso único a centros de movilidad con múltiples usos, como nodos de datos, puntos de recarga, centros de recogida de comercio electrónico y centros de entrega de catering, convirtiéndose así en infraestructuras urbanas esenciales. Estos centros de movilidad apoyan a las autoridades municipales en su objetivo de reducir el acceso de los coches privados al centro de las ciudades, sustituyéndolos por alternativas más respetuosas con el medio ambiente.
Los nuevos enlaces a las aplicaciones móviles de las farolas inteligentes están ayudando a las personas, y quizás en el futuro a los coches sin conductor, a encontrar plazas de aparcamiento de forma más eficiente, reduciendo así la congestión y las emisiones contaminantes.
